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Archive for the ‘es’ Category

End of line (again!)

23/10/2013 Comentarios desactivados

Han pasado ya 5 meses desde que alkeno.wordpress.com cerrase sus puertas para dar paso a alkeno.com. Ya anuncié en su momento que este blog no recibiría más actualizaciones, y aprovecho la ocasión para recordarlo (no sea que hubiese algún rezagado…).

Por tanto, y resumiendo:

  • Esta es la última actualización de este blog, por lo que te pediría que lo eliminases de tus suscripciones (sean por RSS o email).
  • Alkeno.com es mi nuevo portal, de carácter profesional.
  • Tengo un nuevo blog, que puedes encontrarlo en http://alkeno.com/blog y seguir por RSS siguiendo este link.

Muchas gracias, y seguimos en contacto en Alkeno.com.

Categorías: es, Noticias

Códigos QR: consejos prácticos

06/04/2013 2 comentarios

Llevo un par de días juguetando con los códigos QR (si no sabes lo que son, ¡mal hecho! infórmate aquí y de paso dónales algo, que lo merecen).

Además de las curiosidades anecdóticas (como que QR viene de quick response o que se trata de un desarrollo patentado de una empresa filial de Toyota), los códigos QR son una herramienta muy versátil de la cual puedes sacar mucho partido.

Si te apetece saber más, esta es mi relación de conceptos prácticos a tener en cuenta:

  • QR vCard profanadoGenerarlos muy sencillo, hay muchos sitios web que lo automatizan por completo. Después de jugar con muchos el que más me gustó fue goqr.me por sencillez y potencia.
  • La información que puedes almacenar es muy variada. Lo más frecuente es apuntar a una URL pero hay muchas más opciones: un número de teléfono, un texto cualquiera o – mi favorita – un tarjeta de contacto completa de tipo vCard (el QR que acompaña a estas líneas es un ejemplo de alguien muy especial).
  • Incluyen varios niveles de redundancia: útil para que sean más fáciles de capturar en condiciones no ideales. A más complicado sea el sitio dónde vaya a estar  (usuarios en movimiento, fotos lejanas o baja luz) más redunda debes aplicar. Si te sientes creativo a recuperación de errores permite «jugar» con el QR, cambiando cosas, añadiendo logos pequeños…
  • Son bastante tolerantes con los colores, puesto que la identificación se hace por contraste. Mientras que el fondo sea «razonablemente claro» y los puntos de información «suficientemente oscuros» se leerá bien. Lo óptimo es usar negro sobre blanco porque tiene máximo contraste, pero existe margen para ser creativo.
  • El tamaño sí importa. Ten en cuenta que en la mayoría de las ocasiones quién vaya a intentar leer tu código QR no va a estar parado, en una zona bien iluminada, a una distancia cómoda y con un móvil de última generación de 8 megapixeles con modo macro, zoom óptico y autofocus. Experimenta con escenarios variados y móviles de gama media-baja para asegurarte de que todo el mundo pueda capturar tu QR a la primera en la mayoría de los casos (ante la duda, hazlo más grande). Por Internet se comenta que una regla que funciona bien es «tamaño del QR = distancia de lectura normal / 10».
  • La cantidad de información también importa. A más datos, más complejo y denso se vuelve el QR, y más grande hay que hacerlo para que pueda leerse bien. Experimenta con menos campos, URLs más cortas (que no acortadas), etc.
  • No todos los generadores son capaces de codificar todos los campos, ni todos los lectores son capaces de interpretarlos. La «implementación parcial del estándar» es un mal extendido, sí. Conviene hacer pruebas y asegurarse de que la información que quieres transmitir se codifica correctamente y puede leerse por los lectores más habituales.
  • Conviene «aislar» el código QR para mejorar su legibilidad con un pequeño margen alrededor que sea del mismo color que el fondo.
  • Olvida la televisión. Si has leído hasta aquí seguro que eres capaz de llenar un folio con explicaciones de por qué poner un código QR en la tele no puede funcionar… ah, y olvida la radio también (jejeje).
  • Esta es de perogrullo: antes de liberar un código QR al mundo, revísalo. Varias veces, por si acaso. Desde varios móviles, con diferentes lectores.

Además de los consejos meramente técnicos, hay otros aspectos a tener en cuenta desde el punto de vista de negocio en caso de que quieras ir un paso más allá en la utilización del QR como herramienta de comunicación y marketing.

  • Enfoca el QR como una «alternativa inteligente» a los mecanismos tradicionales, no como un sustituto. Recuerda que la respuesta por defecto ante un QR es la indiferencia: muchos no saben lo que es ni quieren saberlo, otros tantos no tienen smartphone y otros tienen smartphone pero no un lector instalado… digamos, siendo muy generosos, que la cantidad de personas que van a saber sacar partido a tu QR va a ser muy baja salvo que tu público esté muy segmentado y sea especialmente techie. Así que recuerda acompañar el QR con datos «en cristiano».
  • Gestiona el ciclo de vida del código QR. ¿Qué pasará con el mismo en 1 mes o 1 año? Planifica según la longevidad del contenido:
    • Largo plazo, por ejemplo la URL de una empresa (que no se espera que cambie). Estos códigos QR ofrecen la máxima libertad y pueden usarse en multitud de formatos (publicidad online, periódicos, revistas, libros impresos, logotipos, pinturas en paredes, merchandising…).
    • Corto plazo, por ejemplo la URL de un evento puntual (tiene fecha de caducidad). Hay que estudiar caso por caso, siempre siendo flexibles, pero evitando que el QR de problemas a la larga. Se puede optar por medios muy controlados como la publicidad online (tú decides en qué fechas aparece tu anuncio), medios impresos fuertemente perecederos (flyers y periódicos, que tienen una vida útil de un día o menos) o medios que la gente asume que «se conservan caducados» (camisetas de eventos, revistas especializadas…).
  • En todo caso, siempre se debe aplicar una filosofía de «fallar con elegancia». Tarde o temprano un QR errante hará que un usuario se tope con datos obsoletos. En el caso de URLs, como mínimo deberías personalizar la página de «Error 404» para que sea simpática y amigable, evitando enfados y frustraciones (¿conoces esta?), si se trata de un texto incluir alguna referencia a la validez temporal del contenido… En definitiva, ser previsores y facilitar la vida a los usuarios.

Ah, por último, un consejo a nivel de usuario: los códigos QR representan un riesgo de seguridad. No pueden incluir «código malicioso» por sí mismos, pero pueden apuntar a cualquier URL, por lo que es importante aplicar los mismos criterios de sentido común que en el día a día de internet. ¿Confío en la fuente del QR? ¿La URL parece confiable, o hay algo raro? ¿Confío tanto en la fuente como para abrir una URL acortada sin saber lo que hay detrás? (la respuesta a esto último debería ser no casi siempre, por cierto).

Espero que haya servido de alguna utilidad, si alguien quiere aportar algo más o contar alguna experiencia adicional relacionada con el mundillo de los QR, tiene la puerta abierta a los comentarios.

Anexo: códigos QR dinámicos.

Para ofrecer una visión más completa, y visto que lo mencionan en los comentarios, existen los llamados «QR dinámicos» en los cuales el propietario del código tiene un nivel de control muy superior. En general se utilizan para poder cambiar a discreción la URL de destino de un código ya impreso, de forma que esta nunca quede obsoleta (por ejemplo, apuntando a la campaña actual en lugar a la campaña anterior). También ofrecen una capa de inteligencia analítica muy interesante.

En cualquier caso, se trata de un término que lleva a confusión. Todos los códigos QR son estáticos por definición, puesto que una vez creados no tiene «propiedades mágicas» para cambiar. Si lo imprimes en un cartel, impreso queda de por vida y la información codificada en el mismo es la que es.

Lo que sucede realmente es que  «QR dinámico» es una forma muy elegante de hacer referencia a «un código QR estático que apunta a una URL sobre la que se ha montado inteligencia web«. En otras palabras: en vez de apuntar a una página web final (como http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada) te dirige a una URL inteligente que se puede reconfigurar (del estilo a lo que se hace con los acortadores como http://bit.ly/bAYJhx). Esta página inteligente puede redirigir al usuario a otra URL, realizar analíticas web avanzadas, etc. Vamos, que la magia y el dinamismo no está en el QR sino en la página web de destino.

En resumen, que abren todo un mundo de posibilidades para el que los lanza (control, análisis) y también varias preocupaciones para el que los recibe (seguridad, privacidad), pero en cualquier caso han llegado para quedarse y su utilización está en auge.

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¡No! A las publicaciones sin fecha

03/04/2013 Comentarios desactivados

La fecha es una herramienta importante. Nos da referencias, nos permite discriminar y nos hace la vida más fácil a todos los que tenemos que enfrentarnos a un texto, documento, artículo, mensaje o lo que sea.

La fecha es una muestra de transparencia, de coherencia informativa, de compromiso con el lector, de respeto a su tiempo y su inteligencia.

Y sin embargo me suele costar encontrarla, porque está escondida, en letra ínfima o en el lugar más recóndito posible. A veces ni se molestan en incluirla.

Cada vez que alguien publica cualquier cosa sin fecha el mundo se hace un sitio un pelín peor, ligeramente más opaco y desde luego, menos confiable.

Al igual que nunca utilizarías un informe que no incluyese un mínimo de información metodológica y bibliográfica, les recomiendo seguir la filosofía que llevo practicando desde hace muchos meses:

si no está fechado, no está publicado.

Desgraciadamente esta filosofía no se puede seguir siempre, porque hay cosas que uno tiene que leerse aunque no estén debidamente documentadas…

Libro blanco

Todo esto viene a raíz de un libro que dejaron, el «Libro blanco del comercio electrónico». No pude encontrar por ningún sitio su fecha de publicación. No está en la portada, tampoco en la contraportada. En la introducción no se menciona fecha alguna. Ni siquiera en las páginas de la licencia donde también se detallan el autor o la imprenta. Nada.

Así que antes de ponerme a leer, busqué el título Google.

Lo encontré fácilmente, pero algo no cuadraba. El título era idéntico, pero la portada muy diferente. La organización de los capítulos era similar, cubriendo más o menos los mismos puntos, pero no idéntica. Los organismos involucrados en su publicación eran similares también… pero no los mismos.

Mosqueado, seguí indagando, y tras varias vueltas, conseguí llegar a esta página que me revelaba que el susodicho libro fue editado en 2009. El otro libro que había estado encontrándome era una versión más reciente del mismo, editada en 2012 (aquí, entre muchos otros sitios, por si les interesa el tema).

De no haberme fijado le hubiese podido dedicar varias horas al libro hasta darme cuenta de que las referencias a productos o servicios parecían antiguas o encontrar algún indicador claro de que el libro estaba obsoleto y que no merecía la pena dedicarle tiempo. Por haberme dado cuenta, he tenido que dedicar tiempo a escribir este mensaje.

Y todo porque alguien no se molestó en poner una fecha. Ni en poner «nueva edición» en la versión actualizada. Ni en mantener en su página web una referencia a que el estudio actual es el sucesor de otro anterior, realizado varios años antes.

No seamos de esas personas que no se preocupan por el tiempo de los demás. Por favor.

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El Método Jobs

10/03/2013 Comentarios desactivados

Llevo unas semanas profundizando en la bibliografía oficial de Steve Jobs (en formato electrónico). Muchísimas cosas pueden aprenderse de la misma, y yo la recomiendo tanto por lo que se aprende de ella como por todo lo que da de pensar (al final de la entrada hago una mini-crítica para el que esté interesado).

En concreto si algo me ha sorprendido es lo tremendamente atractivo que tiende a resultar «El Método Jobs». Nos hemos criado en una cultura tremendamente disciplinada y jerarquizada, en la que se nos vende la máxima del paradigma democrático-meritocrático: sé el mejor, destaca, y serás elegido para dirigir la batuta. Steve Jobs, sin embargo, representa el caos absoluto de la gestión, una autocracia completa fundamentada en el carisma-liderazgo-manipulación de su líder, alrededor del cual orbitaba toda una corporación multinacional.

En el libro hay cientos de ejemplos, pero uno de los más llamativos fue lo sucedido en 1998, justo a la vuelta de Steve Jobs tras haber sido expulsado de Apple. Venía de crear NeXT y de transformar Pixar en un gigante de la animación, y aceptó ser CEO interino con carácter temporal (iCEO, curiosamente).

En esta época entabló una especial especial relación con Jony Ive, quién había elaborado un diseño totalmente novedoso para el futuro iMac: integraba el monitor con la torre y tenía una carcasa translúcida con asa que parecía un alien entrañable. Steve se enamoró del diseño y comenzaron a iterar sobre el mismo, sin importarle otras opiniones: la junta estaba muy preocupada por los números, en una empresa normal una decisión como esta hubiese llevado meses adoptarla, y debería estar sólidamente apoyada por análisis de mercado y de viabilidad económica; los ingenieros por otro lado tampoco estaban muy contentos, hacer una carcasa translúcida, redondeada y que soportase el peso del ordenador en la zona del asa iba a resultar muy complicado y caro de fabricar.

Al año siguiente, cuando el iMac fue un éxito, Jony no dudó en dar el siguiente paso: ampliar la gama de colores del azul bondi original a otros cuatro adicionales. Ni que decir tiene que Jobs lo aprobó de inmediato, y luego pasaron los siguientes meses peleándose por lograr el tono exacto de color que buscaban. No importaba cuantos millones de dólares costase el retraso, Steve no aprobó la nueva gama de ordenadores hasta que no encontró los colores que él consideraba perfectos.

Se trataba de un dictador con poderes absolutos, perfeccionista hasta lo enfermizo y tremendamente emocional. Era capaz de echarse a llorar cuando detectaba haber pasado algo por alto (el primer iMac tenía un lector de CD de bandeja… nunca se perdonó aquel descuido), de mentir y de manipular sin pudor para lograr lo que buscaba, así como de cancelar una división completa de la empresa por motivos personales. Y sin embargo, lo que nos queda es su imagen de visionario, de persona que no necesitaba estudios de mercado y de amante de la fusión entre arte y tecnología. En este sentido me recuerda al caso de los grandes deportistas como Jordan o Maradona, cuyos méritos son tan grandes que en cierta forma diluyen sus defectos.

A mi personalmente me ha parecido una lectura fascinante, me ha inspirado y fortalecido muchas de reflexiones que había realizado a lo largo de los años sobre lo que representa montar una empresa: El empresario ha de involucrarse personalmente en todas las áreas de la organización. Su liderazgo debe abarcar todas sus áreas y ha de sustentarse en usa filosofía que todos puedan entender y compartir. La estética y la función son uno. De nada sirve un producto que sea una belleza, pero que fracase en su cometido; de nada sirve un producto que exceda las expectativas si no es capaz de transmitir una emoción al que lo utiliza. El demonio, el éxito, el mérito y la ovación están en los detalles…

Pensar en ello también me ha servido para darme cuenta de algo que, si bien no es objetivo, sí es algo que a mi me gusta personalmente. Me encantan las empresas de propiedad privada, generalmente pequeñas o medianas, que conservan íntegramente su poder de decisión y su capacidad para mantener intacta la visión que las hizo nacer y crecer. Esa magia casi siempre se pierde cuando las empresas crecen y sienten la tentación de ampliar capitar, dejar entrar inversión externa y, sobre todo, cuando se abren al público en general saliendo a bolsa. Dejan de tener encanto y pasan a ser máquinas de hacer dinero, esclavas de sus accionistas. Lo realmente llamativo de Steve Jobs es que logró lo que casi nadie ha conseguido: ser el CEO de una corporación pero seguir comportándose y dirigiendo la empresa como si nunca hubiese abandonado su garaje. Era su empresa, y el decidía, ¿accionistas, junta de directores, asesores? existían en un plan paralelo. Apple era Steve, y Steve era Apple. Los demás miraban… cuando Steve les dejaba.

Pero eso es algo que dudo mucho que vuelva a suceder. Por eso, larga vida a las empresas que mantienen su ADN y que se niegan a salir a bolsa, solamente ellas podrán darnos una alegría de vez en cuando, y una pizca de originalidad radical. Pese a que ello implique que sus creadores no entren en la lista de Fortune 500 y se queden en meros millonarios.

Sobre la bibliografía

No la recomiendo por conocer la vida de Steve (que como muchos sabrán fue todo un personaje), sino porque es una ventana abierta de par en par a todas las empresas que han definido Silicon Valley en las últimas décadas (Atari, Microsoft, Xerox, Apple, Dell, Pixar, Adobe…), personas que había detrás y cómo se relacionaban. El libro es profundo y meticuloso, cubre desde eventos relevantes hasta detalles infinitesimalmente anecdóticos, y tiende a resultar deliciosamente agotador.

¿Lo peor? que adolece del síndrome de la publicación prematura: la muerte de Jobs precipitó la salida del libro al mercado y se nota que un poco más de revisión editorial le hubiese venido de perlas para limar asperezas (ejemplo habitual: ideas o personajes que ya han sido introducidos se presentan de nuevo en capítulos posteriores).

En todo caso, tremendamente recomendable. Hay muchísimas cosas a las que aspirar en sus páginas recogidas, y también resulta una «guía de malas prácticas a evitar» de lo más completa, ¿qué más se puede pedir?

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Soluciones sencillas a problemas que nunca fueron complejos

26/01/2013 1 comentario

A principios de semana intentaron robarme el coche. Ignoremos «el cómo y el por qué» (¿qué más dan?), el resultado es lo importante; y este fue que la puerta había sido forzada por su parte superior. Entraba agua, entraba aire muy frío… y hubiese entrado prácticamente cualquier cosa. Una perspectiva poco halagüeña.

La solución pasaba por buscar un taller, llamar, llevar, presupuestar, reparar y pagar. Business as usual, y me inundaba una mezcla de pereza (ahora a estar varios días sin coche…) y ardor estomacal (ahora pagar por la gracia…).

Como no tenía nada que perder, se me ocurrió preguntar en el taller de la esquina (que no era de chapa, sino de mantenimiento básico… cambiar aceite y reparar pinchazos). Por preguntar, seguro que sabrían decirme dónde llevarlo. Era viernes bien entrada la tarde, y pillaba a los mecánicos en el «descanso del piti». Miraron la puerta, dijeron «cuánto cabrón», lo metieron dentro sobre la marcha. Cogieron un taco de goma, lo pusieron entre la puerta y el pilar b e hicieron algo que me dejó perplejo: empujar a saco paco. Dos empujones, dos, y la puerta estaba en su sitio. Tiempo empleado en la operación: 30 segundos.

Ni que decir tiene que solté una carcajada y les invité a un café por las molestias, no aceptaron porque tenían que seguir trabajando.

Y es que no hay nada como una solución sencilla a una situación que nunca fue un problema. No sé si es la edad, la carrera, el trabajo o algún trastorno degenerativo en mi cerebro pero me sentí realmente estúpido. ¿Cómo es que lo más evidente no se me había pasado por la cabeza? ¿Ni siquiera intentarlo? Espero haber aprendido la lección…

Pensaré antes de actuar,
no sobrestimaré los problemas,
intentaré buscar soluciones antes de «mirar hacia fuera», y lo más importante…
nunca, nunca, nunca subestimaré el método ruso 🙂

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El (de)fecto mariposa

23/01/2013 Comentarios desactivados

Microreflexión del dia:

Antes de tener el iPad, usaba a diario el Mac. Como siempre estaba encendido, tenía sentido nada mas llegar poner a cargar el iPhone por USB. Ahora, con el iPad en casa, rara vez enciendo el ordenador y el iPhone lo cargo desde el cargador. Cuando me acuerdo.

El iPad me ha traído más sofá, menos carga en el móvil y, lo realmente preocupante, muchas menos copias de seguridad. Curiosa realidad. Nunca hubiese pensado un iPad chocaría frontalmente contra las mejores prácticas en materia de backups…

C’est la vie, suppose, todos los días descubro alguna frikada nueva 🙂

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iPad mini

15/01/2013 Comentarios desactivados

Buenas a todos, mis fieles (y no tan fieles) followers (a los tres o cuatro ;).

Después de mucho hablar del iPad, lo cierto es que siempre ha sido información de terceros o breves impresiones… ahora, por fin, puedo comentar de primera mano puesto que hace varias semanas que tengo un iPad mini.

¿Por qué mini? Porque me parece un tamaño de lo más acertado, y ahora que lo uso a diario no puedo estar más contento con la adquisición: es la herramienta definitiva para el sofá. Mi uso del sobremesa ha caído en picado, hasta el punto de que apenas lo enciendo. Cuando uno llega a casa y necesita echar un vistazo al correo, cotillear Facebook o ponerse al día con las noticias sabe mucho más echarse en el sofá con un tablet pequeño y ligero que no sentarse en una mesa aislado con el ordenador.

¿Y no vale con el móvil? No tiene nada que ver. La experiencia de navegar por internet con una pantalla de 3,5 pulgadas (o algo más si eres más fan de Android y los macromóviles de más de 4 pulgadas) es cansina, incómoda y de lo más evitable salvo para situaciones muy puntuales. Desde luego no para ‘echarse a leer’.

Creo, sinceramente, que si no necesitas trabajar en casa basta con un iPad para el 95% de las circunstancias. La importancia de ese 5% restante será la clave en cada caso para decidir si mantener un portátil o sobremesa a largo plazo… Para un geek ‘de pura cepa’ prescindir del ordenador se hace imposible, ¿pero para el resto del mundo? Me temo que en unos años lo raro será tener un ordenador en casa.

Sobre el cacharro en sí mismo, no puedo decir nada que no sea mundialmente conocido: Apple hace cacharros fantásticos. Construcción sólida, rezuma calidad y buen acabado. El software, iOS 6, se mueve a la perfección y se nota que está diseñado por y para hacer de la tableta un placer de utilizar. La batería es una gozada, aguanta un día entero de uso a todo trapo, y sobra. Pese a no tener lo último hardware, las prestaciones están sobradas (las de un iPad 2, y razonablemente parecidas a las de un iPad 3, mucho más potente pero lastrado por una resolución gigantesca).

Las pegas, como no, también son conocidas. Es bastante caro si se utiliza los parámetros intuitivos habituales (prestaciones brutas/precio, tamaño/precio, etc.). El ecosistema de Apple no se ha abierto lo más mínimo (y el no poder hacer algunas cosas se nota más con un tablet). La pantalla no es de alta densidad (y me gustan mucho esas cosas). Y por qué no, los 512MB de RAM se quedan un poco cortos (las pestañas del navegador tienden a no seguir ahí, igual que las aplicaciones en segundo plano).

Esto es todo por el momento, ¡un saludo a todos!

Posdata: He escrito esta entrada desde el iPad mini utilizando la app de WordPress, no ha sido muy duro pero tampoco para tirar cohetes… escribir tochos sigue siendo algo que es mejor hacer sentado con un teclado. Aunque se puede conectar un teclado Bluetooth al iPad, ahora que lo pienso… Para la próxima 🙂

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El modelo freemium, la comunidad y Ray Wenderlich

27/10/2012 Comentarios desactivados

En todo mundillo, en cada entorno, existen personas que crean comunidad. Personas que se esfuerzan, que dan mucho más de lo que reciben, y que permiten que todos los demás consigan ser mucho mejores. En la comunidad de desarrolladores iOS Ray Wenderlich es una de esas personas. Su esfuerzo y su constancia le han permitido, además de granjearse el reconocimiento y seguimiento de miles de personas, sentar las bases de un negocio. Su modelo es el famoso freemium, de gran éxito hoy en día en el mundo digital, articulado sobre la base de ofrecer algo valioso a miles de personas de forma gratuita (free) para luego cobrar una prima a unos pocos que estén dispuestos a pagar por llegar más allá del servicio básico (premium).

En el caso de Ray el núcleo central es su blog, en el que organiza decenas de tutoriales que van desde los aspectos más sencillos de la programación para iPhone/iPad hasta la introducción a temas avanzados, pasando por algunas joyas que me han salvado la vida. Todos gratuitos, todos exquisitamente detallados (incluyendo el código fuente) y todos con soporte real por parte de los autores en los comentarios. ¿Dónde está el premium, entonces? Pues en la tienda, que da acceso privilegiado a libros, merchandising, plantillas y demás.

iOS 5 by tutorials

iOS 5 by tutorials (imagen de raywenderlich.com)

La mayoría de usuarios es feliz con el contenido gratuito, puesto que les permite aprender y les saca de muchos apuros. Yo he sacado tanto partido al blog de forma gratuita que realmente no dudé en adquirir esta maravilla para actualizarme a iOS 5, pese a que mi tiempo libre para desarrollar haya sido poco y apenas la haya amortizado. Hoy me he enterado de que Ray nos ofrece una actualización totalmente gratuita de los contenidos del libro a las novedades incluidas en iOS 6 y, como no me pide dinero a cambio (pudiendo hacerlo), ahora me cae aun mejor.

Lo cierto es que el suyo es un modelo es exitoso (o al menos lo parece, espero que económicamente también lo sea). El blog crece y rara es la semana que no anuncia la incorporación de nuevos colaboradores. Me encanta como caso de éxito, como página de referencia y como modelo a seguir… aunque claro, el primer paso es ser alguien útil y respetado por la comunidad; solo después puedes hacer un negocio de ello.

De momento lo que hago es hablar bien de él y recomendarte que, si estás interesado lo más mínimo en el desarrollo para iPhone, no dejes de visitar su web. Tampoco, de paso, olvides la de su esposa Vicky, especializada en arte gratuito para apps y diagramas tan útiles para el desarrollo como este.

Sentimientos encontrados…

24/10/2012 3 comentarios

Hoy Apple nos ha sorprendido con muchas y variadas novedades en sus líneas Mac e iPad (o al menos lo ha intentado, puesto que mucho lo que se ha anunciado hoy se había filtrado con semanas de antelación). Lo cierto es que tengo sentimientos encontrados… y hacía mucho tiempo que no escribía, así que ahí va.

El ‘nuevo nuevo iPad’

Quizá lo más sorprendente, puesto que percibí rumores al respecto, ha sido la repentina sustitución del llamado ‘nuevo iPad’ (la tercera generación del dispositivo) por una cuarta generación. ¿Lo llamaremos ‘nuevo nuevo iPad’, ‘nuevo^2 iPad’, o iPad4…? No, lo cierto es que se llamará iPad a secas. En una jugada que me parece de lo más apropiada, y que creo que pronto la tendrán que seguir con el iPhone.

Tim Cook y compañía han optado por dejar de numerar los productos de la gama iPad al igual que se hace con los Mac (se diferencian por el lanzamiento, así que este probablemente sea técnicamente el «iPad (late 2012)» y tan contentos). Este es un dilema clásico de los productos de consumo: al principio tiene sentido diferenciar al nuevo producto del antecesor («el iPad 2 es nuevo y mejor que el iPad», se entiende de forma intuitiva e incentiva la compra); sin embargo al poco tiempo psicológicamente el proceso se invierte (¿el iPad 6 es mucho mejor que el iPad 5, o mejor espero a la próxima revisión?) y termina resultando cómico y lamentable («FIFA 13: Idem que hace un lustro, Messi ha sido papá Special Edition«). Para mi un acierto.

En lo relativo a las cualidades, características y prestaciones hay mucho escrito. Es una actualización en toda regla, con un micro nuevo que trae un gran salto en potencia, conectividad de cuarta generación mejorada, el nuevo conector Lightning, salida hdmi…

Ahora bien, que haya pasado tan poco tiempo desde el último lanzamiento rompe claramente la tendencia de actualización casi-anual de dichos gadgets. Esto traerá mucha cola, porque ataca frontalmente a los mecanismos mentales de los usuarios: la decisión de compra de un dispositivo de 600€ depende mucho de la amortización psicológica del mismo. Este cambio de ritmo tendrá efectos muy notables, porque apenas en unas horas ya se han dado estos fenómenos:

  • «Me compré un iPad 2 en febrero, sabía que pronto saldría el iPad 3… pero apenas han pasado 8 meses y mi dispositivo de 500€ ya está dos generaciones anticuado».
  • «Me compré un iPad 3 en abril, siempre han tardado un año en sacar un modelo nuevo… solo han pasado 6 meses…».
  • «Estaba a punto de cambiar mi iPad de primera generación por un iPad 3… ahora estoy con la duda, ¿qué hago, compro el iPad 4? ¿habrá revisión en marzo o no la habrá hasta el próximo octubre? No quiero quedarme colgado, pero tampoco quiero esperar un año…».

Si los consumidores están acostumbrados a ciclos regulares de revisión anual, adelantar 6 meses el lanzamiento de un dispositivo nuevo sin avisar les cambia los esquemas, les enfada y les deja con incertidumbre… para una compañía normal podría resultar catastrófico, aunque supongo que Apple tiene margen de sobra para salirse con la suya. Con respecto al motivo de por qué hacer esto, se especulan muchos pero qué decir, supongo que será un poco de todo (el iPad 3 iba justo de prestaciones para la pantalla retina, hay competencia renovada en forma de Microsoft Surface, tienen interés en difundir el nuevo conector…). Ellos sabrán.

El Macbook not-so-pro de 13 pulgadas con retina display

Esta es sencilla: me ha dejado un sabor muy agridulce. Por un lado cumple con creces las expectativas (pantalla retina que permite editar vídeo FullHD sin escalar, un tamaño ideal para transportar, autonomía más que suficiente) pero por otro hay otros factores que lo limitan enormemente…

  • Intel HD4000, sin opción de utilizar una GPU discreta: claramente insuficiente para mover todos los píxeles que hay que mover. En su hermano mayor, el rMBP de 15 pulgadas ya daba problemas incluso para mover el GUI de Mountain Lion. Quizá sea un compromiso necesario por consumo y disipación de calor, pero entonces a la tecnología todavía le falta un pasito para estar ahí, se han adelantado.
  • Obsolescencia más que programada. Memoria ram no ampliable (soldada a la placa y limitada a 8GB), un disco duro no ampliable (soldado a la placa y carísimo) y una batería no extraíble… ¿quién podrá sacarle partido profesional más allá de 18 meses, 24 meses máximo? Se trata de un producto que aspira a ser profesional, no de un producto de lujo que se cambia cada año y medio.

Los mismos, junto con el precio (be Apple, my friend), hacen que sea muy difícil justificar los 1.779€ que piden. Sé que los modelos sin pantalla retina son más baratos, más grandes y pesados… y mucho más ampliables. Tal y cómo se ha segmentado la gama hace muy difícil decidir, porque el tradeoff entre una opción y otra es gigantesco: o tienes flexibilidad, o tienes la mejor pantalla… pero no puedes tener ambos. Yo quería ambos.

El iPad mini

Dentro de lo que cabe, el anuncio más previsible y esperado ha terminado siendo el que menos me ha incomodado. Un iPad mucho más portable, mucho más ligero, más asequible, compatible con el 100% de las apps disponibles y que, para como, es muy útil para el desarrollo y prueba de apps:

  • La pantalla es más pequeña, lo que te obliga a ser más cuidadoso diseñando la UI (y garantiza que en un iPad ‘grande’ funcione incluso mejor, aunque habrá que andarse con ojo).
  • La resolución es la más difundida (1024×768, la del iPad 1 y 2), permite reutilizar assets y evita una mayor fragmentación.
  • La densidad (ppi aparente) es mejor que en el iPad 1 y 2 al ser la pantalla más pequeña, la resolución igual y utilizarse a «distancia de tablet» por lo que no debería desentonar tanto contra un iPad retina display (cuánto exactamente, habrá que verlo en vivo).
  • El rendimiento debería estar alineado con el iPhone 4S e iPad2 (también con el chip A5) y el iPad3 (chip A5X, mucho más potente pero con muchos más píxeles que mover). Como «línea base de rendimiento» me parece un benchmark de lo más válido hoy en día.

¿Lo peor, sin duda? El precio. Esperaba mayor agresividad, un asalto frontal para borrar las tabletas Android del mercado con un iPad mini por 250€ (solo Wifi) y 300€ (3G/4G)… Esperaba tener que soltar menos dinero para hacerme con uno (interesado que es uno). En cualquier caso sería muy interesante conocer los debates de pricing dentro de Cupertino: me quedaré sin saber si el precio tan alto es por un mero aumento del margen habitual sobre el precio de coste unitario, por imposibilidad de suplir una demanda tan alta, porque no quieren devaluar la marca, porque saben que los van a vender igual, porque saben que el mini va a canibalizar las ventas del normal y quieren sacar tajada…

Esto es todo por el momento. Espero que no haya muchas erratas (es la hora que es) y que les haya resultado de interés. Como siempre, si quieren comentar están invitados.

El iPad 3 y el comienzo a la era HD+D

05/03/2012 1 comentario

Actualización:

Apple ha confirmado que el nuevo iPad (sin el 3) llevará retina display (¡hurra!) y el nuevo chip A5X (una versión mejorada del A5 del iPhone 4S, imprescindible para mover semejante resolución). La gran sorpresa, para mí, ha sido la inclusión de LTE/4G.

Curiosidad: para actualizar una pantalla de 768×1024 a 60Hz con color verdadero (32) bit es necesario generar exactamente 180 gigabytes de información por segundo. Una pantalla de 1536×2048 (doble de resolución, cuádruple de píxeles) requiere 720Gbps. Y eso es solo la información neta, sin tener en cuenta la información bruta necesaria para decidir qué poner en todos esos gigas… por ello una GPU de cuatro núcleos.

Historia original:

Parece que fue ayer, pero cuando comencé este blog lo hice cuando el iPad original estaba a punto de salir. Hoy estamos a escasos días de la salida de la tercera iteración del dispositivo.

Tal y como es costumbre con Apple, los detalles se mantienen todo lo secretos que pueden mantenerse (que no es mucho cuando uno diseña en California, fabrica en Taiwan y distribuye a todo el mundo). En Ars Technica han hecho un repaso a las especificaciones que se rumorean, por si quieren echarle un vistazo en profundidad.

¿El evento de presentación?

"Teaser" del iPad 3 (fuente: Ars Technica).

Lo más destacable del nuevo iPad, de confirmarse los rumores, será la pantalla. Esta tendrá será retina display, que es el término designado por Apple para hacer referencia a una pantalla cuya densidad de píxeles es tal que, vista a la distancia estándar, iguala o supera la agudeza visual del ojo humano. Esto implica que, de ser ciertas las afirmaciones, la pantalla del iPad ha alcanzado el límite de la percepción humana y, por tanto, carece de sentido hacer pantallas con «puntitos luminosos» más pequeños.

Esto suena a cuento de marketing. Sin embargo, y pese a que tiene bastante de hipérbole, hay que analizarlo:

  • Los móviles con pantalla de altísima densidad ya existen (el mismo iPhone 4, el Galaxy II, et al) y creo que, a efectos prácticos, es posible que la consideración de que «haber llegado al límite de la capacidad visual humana» puede ser cierta: realmente se ven impresionantemente bien y es dudoso que metiendo más puntos se mejore en algo la nitidez.
  • En cualquier caso este tipo de «hitos» no debería asombrarnos, puesto que hace décadas que se inventó el sonido técnicamente perfecto: el Red Book CD-A. Más conocido como «el cd de música de toda la vida» es un formato capaz de reproducir de forma perfecta dos canales de sonido con 96dB de margen dinámico y hasta 22,05kHz de frecuencia (los famosos «estereo, 16 bit y 44,1kHz»).
  • Sin embargo, que el iPad 3 sea retina display es tanta garantía de que se va a ver bien como asegurar que el CD suene bien por el hecho de ser «perfecto en teoría». Ningún CD suena bien en un reproductor marca «cutrex» o si ha sido mezclado por un memo. De igual forma hay muchos otros parámetros que dictaminan la calidad de una pantalla, más allá de su resolución: cuestiones como el ángulo de visión, el nivel de negro, la reproducción de los colores, la homogeneidad de la iluminación, etc.
  • En cualquier caso Apple no suele escatimar en la calidad del hardware. Y menos en las pantallas, puesto que forma parte de su estrategia de imagen que sus dispositivos cuenten con pantallas punteras (el iPhone original, el iPhone 4, el iMac, el Macbook Air… el Cinema Display). Nadie dice que sean perfectas o las mejores en todos los parámetros, pero siempre son de gama muy alta. Creo que podemos dar por hecho que la pantalla del iPad 3 será espléndida.

En la práctica eso implica duplicar la resolución (de 768×1024 a 1536×2048) manteniendo el mismo tamaño, resultando en 260 ppi (puntos por pulgada). Hasta ayer -literalmente- era inviable fabricar pantallas con estas características porque el yield era muy bajo (excesiva proporción de paneles defectuosos, siendo excesivamente caros de fabricar). El iPad 3 es un hito muy importante para todos los aficionados al mundillo (incluso a los que odian a Apple) por dos motivos:

  1. Apple, aprovechando su tremendo éxito comercial, poder de negociación y control férreo sobre la cadena de suministros siempre llega primero a los avances tecnológicos. Sin embargo, nunca mete sus zarpas en tecnologías inmaduras o poco rentables. La conclusión es sencilla: el desembarco de un iPad 3 con retina display significa que los paneles de alta densidad ya son una realidad rentable y que están a pocos meses de su desembarco masivo (primero en iPads, luego en toda clase de paneles).
  2. Independientemente de la madurez de la tecnología, Apple se ha erigido como fuente de tendencias, lo cual significará que en pocos meses le seguirán todos los demás fabricantes sea como sea. La competencia sabe que la gente no cree (o ni siquiera conoce) muchas tecnologías hasta que no llega Apple u otro grande y las pone en boca de todos, muchos están deseando la llegada del iPad como el pistoletazo de salida de la era High Definition and Density (HD+D).

Es algo que la industria necesitaba como agua de mayo. Las densidades en pantallas de ordenador llevan estancadas desde hace décadas, las resoluciones aumentan pero también el tamaño de las pantallas… No se me ocurre mejor forma de sacar partido a las tarjetas gráficas actuales que moviendo el doble de píxeles en el mismo espacio para poder hacer una imagen mucho más agradable, refinada y, tengo la sensación, menos agresiva para la vista.

«La era High Definition and Density», «High Definition and Density» y «HD+D» son © Alkeno 2012.

Editado#1 para añadir la imagen.
Editado#2 tras anuncio del nuevo iPad.